MI PROPÓSITO


Esta es una página que define mi experiencia en la vida, es decir, cómo la siento, cómo la veo, cómo la vivo, cómo la interpreto, cómo la expreso, cómo la explico. En definitiva, ya que la vivo y me vive, ya que me expreso en ella y ella se expresa en mí, no hago mas que comunicar y transferir; ser un cauce entre lo que ella me transmite y lo que yo siento que me transmite.

Nada de lo que aquí se expresa tiene la intención de comunicarse como algo incuestionable que no puede ni debe ser contradicho. Sin embargo, en cada momento, en cada palabra, tú sentirás el peso de lo que digo y la energía que contiene, la inquietud que te genera, o la sed que te calma, en qué forma llega a tu interior y qué te hace sentir. Pues solo tú puedes beber tu agua de conocimiento, la que calmará tu sed. Y sólo tú puedes reconocer tu camino y aquello que te hace vibrar por dentro.

La pregunta nace porque existe la inquietud, y la inquietud es el motor de la búsqueda. Todos buscamos en mayor o menor medida. De lo que se trata, en definitiva, es de reconocer la dirección correcta, el camino adecuado que nos conducirá de vuelta a casa, al hogar primigenio del que un día, en algún momento del inicio de este ciclo de vida, en este universo, partimos. Pero todos somos cauce. Todos somos canal, y como tal nos expresamos. Aquello que tengas dentro de ti y sea útil no debes reservártelo, compártelo; es la única ley a la que la Luz se somete, pues es incontenible.
La Luz es la Luz, y no admite discusión ni engaño, y no hay oscuridad que la apague.

En la medida que me leas me conocerás más, sabrás más de mí, de cómo se busca y qué encuentra este viejo espíritu que hoy conoces como Miguel Ángel.
Cuando lanzas una pregunta al Universo todo él se pone en marcha para darte respuesta. Por eso es tan importante no dejar de hacer preguntas. Nunca hay, quizá, para nosotros una última respuesta. Ni una última pregunta que hacer.

Cuando nos movemos en la Luz todo sobra, todo nos parece suficiente, no hay necesidad de nada, sentimos que tenemos lo que debemos, que cualquier cosa es demasiado porque poco ya es mucho. Y es que la Luz, el Conocimiento que la genera, la experiencia de vivirla aunque sea por un instante, te permite sentir que todo lo que en verdad necesitamos y lo que en verdad somos lo tenemos por el mero hecho de existir y estar mínimamente despiertos.
Esta experiencia puede resultarte fugaz, pero es tan clarificadora que su sensación perdura por largo tiempo, por tanto como una vida, y jamás te abandona. Así podrás medir el alcance de tus deseos, de tus miedos, de tus sueños, y hasta dónde debes llegar por conseguirlos, por evitarlos, qué merece la pena hacer por ellos, y qué precio has de pagar por perseguirlos o huir de ellos.
La libertad no se regala se conquista con el conocimiento. La Luz no se da, sino que se recobra.  Somos seres de Luz, que fuimos gestados en la Luz. Solo los grandes maestros, los Señores de la Luz, pueden despertarte súbitamente.

Y ya que nada está sujeto al azar, no es el azar el que te llevó hasta aquí o el que me hizo llegar, bajo esta forma escrita, hasta ti.
Sea como sea, y por el tiempo que sea, gracias por permitir que la Vida siga fluyendo, y que una parte del tiempo que me ha tocado vivir pueda ofrecértelo de esta manera.
Muchas gracias. Bienvenido a mi vida, aunque nunca sepa de ti. Y adelante.

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